La condición física de una persona es uno de los factores más importantes sobre el riesgo de caídas. Las limitaciones en la condición física no solo aumentan el riesgo de caídas, sino que también influyen en cómo responde la persona a los peligros y a las situaciones de riesgo.
Los impedimentos físicos que incrementan el riesgo de caídas son los que implican:
- El equilibrio o el caminar
- La visión
- La sensibilidad, en especial en los pies
- La fuerza muscular
- Las capacidades cognitivas
- La tensión arterial o la frecuencia cardíaca
- Uso de medicamentos que alteran la capacidad de atención o reducen la tensión arterial (analgésico, ansiolíticos, antihipertensivos.
Las caídas pueden causar aún más problemas si la persona no logra levantarse inmediatamente o pedir ayuda. Permanecer en el suelo, aunque sea durante unas pocas horas, puede provocar problemas como:
- Deshidratación
- Baja temperatura corporal (hipotermia)
- Neumonía
- Rabdomiolisis (degradación muscular que puede conducir a daño o insuficiencia renal)
- úlceras por presión.
Además, las personas mayores deben tener los medios para pedir ayuda con facilidad. Las personas que se han caído ya varias veces deben tener un teléfono en un lugar que puedan alcanzar desde el suelo. Otra posibilidad es instalar un sistema de respuesta de emergencia (telealarma) que avisa a alguien para que compruebe lo que pueda estar ocurriendo. La mayor parte de estos dispositivos cuentan con un botón de alarma que se suele llevar colgado del cuello. Al apretar el botón, se pide ayuda.