lunes, 14 de mayo de 2018

#QUISTE DE #BAKER O QUISTE #POPLÍTEO


El quiste de rodilla también es conocido como quiste de Baker o quiste poplíteo.
Esta condición es acompañada por una sensación de opresión detrás de tu rodilla y un bulto. Cuando estás activo o extiendes tu rodilla el dolor tiende a empeorar.
Todas las articulaciones, tienen un lubricante conocido como líquido articular cuya función principal es la de “engrasar”
la articulación para facilitar el deslizamiento de los huesos sobre el cartílago articular durante el movimiento.
Este líquido funciona como el aceite de una bisagra, disminuyendo la fricción.
Cuando existe un problema en la articulación esta reacciona produciendo mayor cantidad de líquido, esto se conoce
como derrame articular. El exceso de líquido se acumula en la región posterior de la rodilla, ocasionando el quiste.

Por tanto el quiste es una producción excesiva de líquido sinovial, ocasionada por un problema intra-articular como:
-       una lesión de menisco
-       artrosis
-       artritis reumatoide.

Los quistes de Baker no son peligrosos y pueden desaparecer por su propia cuenta. Pero de vez en cuando estallan. Si eso sucede, el líquido sinovial puede filtrarse en la pantorrilla, causando dolor e inflamación.
Para tratar el quiste de Baker lo más adecuado son los antiinflamatorios, el uso de rodilleras de compresión y la terapia
física de rehabilitación.
Si el quiste causa malestar o interfiere con las actividades normales, hay varias cosas que puede hacer:
-Para aliviar la hinchazón, aplique una compresa fría o una venda de compresión a la zona.
-Para reducir la inflamación, tomar un fármaco AINE de venta libre como el ibuprofeno.
-Para reducir el estrés en la rodilla al descansar la pierna y mantenerlo elevado siempre que puedas.
-Si el dolor empeora cuando tu pierna está extendida puedes utilizar muletas para proteger tu pierna y reducir este síntoma. Esto quita la presión del ligamento de tu rodilla por tu peso, así puedes caminar con menos complicaciones.



jueves, 10 de mayo de 2018

LA #MOVILIZACIÓN #FASCIAL O #LIBERACIÓN FASCIAL


La fascia es una capa formada por colágeno que rodea nuestro cuerpo y conecta y envuelve todas las estructuras corporales. Esta estructura no es solo de soporte si no que también es un sistema de distribución de tensiones para mantener un buen equilibro corporal, una postura adecuada y un movimiento ágil.  

¿Qué pasa cuando esta fascia se ve sometida a malas posturas, estrés, una caida, uso prolongado de tacones, inmovilización prolongada, entrenamientos mal ejecutados... ?  pues que nuestra fascia se verá alterada, perdiendo la capacidad de transmisión de tensiones lo que provocará en alguna área de este tejido una restricción afectando a nuestro movimiento  y postura.
Si tenemos en cuenta que este tejido permite el correcto movimiento de los órganos viscerales podremos entender  que también puede provocar una alteración en nuestro metabolismo.


La liberación miofascial es un método de evaluación y tratamiento manual agradable y profundamente relajante, que busca eliminar estas restricciones.
Son sesiones tranquilas y pausadas, donde  a través de posiciones específicas, se facilita que el
sistema miofascial se vaya ajustando por sí mismo

El método de inducción miofascial  resulta muy útil en el tratamiento de gran cantidad de patologías que afectan a los tejidos blandos, como problemas musculares, tendinosos, a nivel de las cápsulas articulares, tras inmovilizaciones  prolongadas, en cicatrices postraumáticas y postquirúrgicas, por supuesto en el tratamiento del “síndrome miofascial” al igual que resulta de gran ayuda en el abordaje de otros tan complejos como la fibromialgia, etcétera.


viernes, 4 de mayo de 2018

#ENTRENAMIENTO EN EL #GIMNASIO: #EVITA #LESIONES


De todas las personas que acuden a consulta en nuestra clínica muchas son pacientes aquejados de fuertes  dolores de cuello y espalda. Y es que en estas fechas son muchas las personas que han comenzado a ponerse en forma ante la proximidad de las vacaciones.   
 Cuando comenzamos a hacer ejercicio lo hacemos con muchas ganas y en general esperamos ver resultados demasiado pronto. Está muy bien empezar con ganas pero hay que primero aclimatar a nuestro cuerpo a la rutina de entrenamiento, ya que estas prisas hacen que muchas veces nos forcemos demasiado y  como consecuencia las “non gratas” lesiones.

Una de las causas principales básicamente es la falta de calentamiento. Mucha gente empieza a entrenar a un ritmo alto sin antes haber hecho el adecuado calentamiento para que el cuerpo se vaya soltando.

Si importante es el calentamiento, no lo es menos estirar al acabar de entrenar, ya que fomenta la circulación y la elasticidad de los músculos, favoreciendo la recuperación.
Otra de las principales causas de lesión es el de mover pesos excesivos. La carga de peso debe ser progresiva y controlada, ya que si no es muy posible que no hagamos bien el ejercicio, forzando la postura.
Es importante dejar descansar el cuerpo y no caer en el sobreentrenamiento. El cuerpo necesita recuperar entre sesiones de ejercicio. Si no lo dejas descansar estará débil será propenso a lesionarse.


Por lo tanto para prevenir las lesiones sigue siempre ciertas pautas:

-       Realizar un calentamiento adecuado y estirar una vez terminado el ejercicio.
-       Hidratarse para evitar roturas fibrilares, daños articulares o tendinitis (antes, durante y después de entrenar)
-       Evita levantar pesos excesivos y forzar tu cuerpo ya que puedes dañar el músculo.
-       Planifica tu rutina de entrenamiento de forma que no sobrecargues ningún músculo.