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La Tierra fértil donde se da la ansiedad
es el miedo, donde se pueden dar raíces de creencias (distorsionadas) que con
el tiempo se convierte en estrés.
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Éste estrés puede ser pequeño y
manejable como pequeñas plantitas, o bien, crecer a un tronco más robusto que
ya sería la ansiedad, esto depende de qué tanto reguemos (aumentando) nuestras
creencias distorsionadas.
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El riego, el agua que le da vida a la
ansiedad está compuesto por experiencias de abuso y trauma, por tener un patrón
de comportamiento hacia el control, la resistencia y el perfeccionismo, por
comportarnos con los demás bajo el esquema de codependencia, obsesionándonos y
acumulando emociones, negando y evitando los problemas y distorsionando la
realidad por nuestra baja autoestima y autoconfianza.
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Esto genera que crezca el árbol de la
ansiedad del cual salen las diferentes ramas (trastornos) de la ansiedad, los
cuales son hipocondría, fobias, pánico con o sin agorafobia, TOC, TAG y estrés
postraumático.
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Los frutos, serían los síntomas, pero en
quitarnos los síntomas no está la solución, hay que ir a las raíces, a nuestras
creencias, a dejar de vivir con miedo y sobre todo, dejar de regar al árbol cambiando
nuestras actitudes y maneras de comportarnos con nosotros y los demás.
Fabiola Cuevas
Psicóloga