La fascia es una delgada capa de tejido conectivo que se extiende por todo el cuerpo como una red. Esta única banda va envolviendo cada una de las estructuras del cuerpo, ya sean musculares, viscerales, etc. Proporcionándolas de soporte, protección y dándoles forma.
Una alteración
en este sistema puede causar o agravar un problema físico ya que hace que el
cuerpo funcione como una sola unidad. Por lo tanto, el que se encuentre
en buen estado será necesario para que el cuerpo funcione correctamente.
El sistema fascial no está relacionado únicamente con los típicos dolores
musculares o articulares, sino también con otros pequeños movimientos
fisiológicos pero igual de importantes, como puede ser el de la expansión de los pulmones cada vez que respiramos.
Uno de los problemas más habituales que afectan a este sistema es el síndrome de dolor miofascial (SDM), en el que se produce una alteración de la longitud correcta del músculo y de su tono muscular, lo que produce tensión y dolor. El síndrome de dolor miofascial tiene su origen principalmente en los llamados puntos gatillo miofasciales o trigger points, unas zonas especialmente tensas y agarrotadas debido a la incorrecta o deficiente contracción muscular. Es en estos nódulos donde nace este tipo de dolor, pero es un dolor puntual y profundo que también suele referirse a otras estructuras cercanas.
Uno de los problemas más habituales que afectan a este sistema es el síndrome de dolor miofascial (SDM), en el que se produce una alteración de la longitud correcta del músculo y de su tono muscular, lo que produce tensión y dolor. El síndrome de dolor miofascial tiene su origen principalmente en los llamados puntos gatillo miofasciales o trigger points, unas zonas especialmente tensas y agarrotadas debido a la incorrecta o deficiente contracción muscular. Es en estos nódulos donde nace este tipo de dolor, pero es un dolor puntual y profundo que también suele referirse a otras estructuras cercanas.
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