Sensación de piernas cansadas,
hormigueos y picores varios, varices, hinchazón y retención de líquidos en pies y piernas,
dolor e incomodidad. Estas molestias son debidas
a problemas en la circulación sanguínea de retorno, en la que las venas llevan la sangre
procedente de los órganos y los tejidos hacia al corazón.
En el caso de que las
paredes de las venas no sean lo suficientemente elásticas, la circulación de
retorno se hará más lenta y problemática, dando lugar a las molestias que hemos
citado.
Las causas son diversas y
pueden deberse a factores hereditarios, cambios hormonales, sobrepeso, falta de
ejercicio, pasar mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie o sentado,
una mala alimentación con exceso de sodio, azúcar y grasas, falta de vitamina E, abusar de tóxicos
como el alcohol y el tabaco e incluso llevar ropa demasiado ajustada o zapatos
incómodos y con mucho tacón.
Algunos consejos que os ayudarán a reducir las
molestias causadas por la mala circulación y especialmente la retención de
líquidos.
·
Evitar permanecer sentado o de pie durante
muchas horas seguidas.
Es conveniente cambiar de postura con cierta
regularidad, dar un pequeño paseo y mover las piernas. No es nada recomendable
cruzar las piernas estando sentado ya que esta postura dificulta la circulación.
·
Beber 2 litros de agua al día.
·
Controlar el consumo de sal porque
aumenta la retención de líquidos. Tampoco son recomendables las bebidas con
cafeína porque su exceso también provoca ese efecto. Sustituir el café por té
verde, que es un potente antioxidante y diurético natural.
·
Evitar el tabaco. El
tabaco es tremendamente perjudicial para el organismo, e influye directamente
en el deterioro del sistema circulatorio. Si fumas intenta reducir al mínimo el
número de cigarrillos consumidos a lo largo del día, retrasa todo lo que puedas
la hora del primer cigarro del día y deja de asociarlo a las sobremesas y a
tomarlo con otras sustancias potencialmente adictivas como el café y el
alcohol..
·
Moverse. Por muy cansados
que nos sintamos hay que hacer un esfuerzo y practicar algún tipo de ejercicio
de intensidad moderada que nos obligue a mover las piernas: bicicleta,
elíptica, caminar a buen ritmo… Al poco tiempo notaremos como nuestra
circulación va mejorando y las molestias disminuyen.
·
Evitar la ropa ceñida y los zapatos
incómodos. La ropa muy ajustada, los zapatos con tacón o
con tiras muy apretadas dificultan la circulación y aumentan la retención de
líquidos al presionar los tejidos. En estos casos en mejor optar por la
comodidad
·
Dormir y descansar con las piernas en
alto, apoyadas en algún cojín para facilitar la vuelta
de la sangre al corazón.
·
Acabar la ducha con un masaje de agua fría
en la piernas, dirigiendo el chorro del agua con movimientos
ascendentes empezando por los pies.
·
Consumir alimentos ricos en antioxidantes, como
el tomate y verduras de hoja verde, y también en ácidos grasos
polinsaturados, que ayudarán a hacer la sangre más fluida y disminuirán el
riesgo de formación de trombos. Una estupenda fuente de estos ácidos grasos es
el aceite de lino, que podemos incorporar a nuestra alimentación para aliñar
nuestros platos, pero siempre en frío, ya que si se calienta pierde sus
propiedades beneficiosas. El pescado azul y las nueces también son un buen
aporte de ácidos grasos. También debemos dar prioridad en nuestra despensa a
alimentos con propiedades diuréticas, como los espárragos, las alcachofas, el
pepino, la col, las manzanas y la piña.
·
Entre
las plantas que destacan por sus cualidades benéficas destacamos:
o
Ginkgo Biloba: Su
contenido en flavonoides lo convierte en un poderoso vasodilatador. Estimula la
circulación y mejora la coagulación. Reduce el riesgo de formación de trombos y
contribuye a una mayor oxigenación del cerebro, por eso también se utiliza en
tratamientos contra la arteriosclerosis, demencia senil, dificultades de
concentración y cefaleas provocadas por mala circulación. Está particularmente
indicado en el caso de hinchazón de piernas, reduce los calambres, y su efecto
vasodilatador también es útil para aliviar las molestias menstruales, siempre y
cuando la menstruación no sea abundante en exceso, ya que esta planta
fluidifica la consistencia de la sangre y eso aumentaría la hemorragia.
Por eso mismo se recomienda consultar con un
especialista antes de tomarla si se padece hemofilia o se está en tratamiento
con anticoagulantes. El Gingko Biloba también está presente en tratamientos
tópicos, como cremas antihemorroidales o las formuladas para aliviar las
molestias causadas por las varices.
o
Vid Roja combinada con Ginkgo: Otra
planta rica en flavonoides, con propiedades vasodilatadoras, hemostáticas y
venotónicas. Por su contenido en vitamina P refuerza las paredes de los
capilares y disminuye la permeabilidad de las venas, lo que impide la formación
de edemas dolorosos y alivia considerablemente la sensación de piernas cansadas
y mejora la apariencia de la celulitis. Otro de sus efectos es favorecer la
contracción muscular de los vasos sanguíneos, por lo que facilita el retorno de
la sangre acumulada en las piernas hacia el corazón. Resulta muy adecuada en el
tratamiento de los problemas circulatorios: varices, hemorroides, mala
circulación en piernas y pies, arteriosclerosis, flebitis…
o
Cola de caballo: A
menudo confundimos la retención de líquidos causada por la mala circulación con
el sobrepeso. La ropa nos aprieta, los zapatos nos dejan marca y los anillos se
resisten a salir, nos sentimos hinchados y con una enorme sensación de
incomodidad. Pero posiblemente no se trata de un aumento de peso real, sino de
acumulación de líquidos en los tejidos. La cola de caballo es nuestro gran
aliado, ya que es una de las plantas más diuréticas que existen, aumentando la
diuresis hasta un 30%. Su consumo reduce la retención de líquidos y proporciona
un alivio notable a las piernas cansadas e hinchadas, ayudando a sentirnos más
ligeros. Su sabor en infusión no es particularmente agradable, por lo que
tomarla en comprimidos puede ser la mejor opción.
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