Derrame cerebra, apoplejía, isquemia, derrame, etc, ... son términos con los que nos referimos a un ictus cerebral.
El ictus es una enfermedad cerebro vascular como consecuencia de una interrupción o alteración de la corriente de sangre que llega al cerebro. Si se produce por obstrucción de las arterias los denominamos accidentes isquémicos y si es por una rotura vascular, accidentes hemorrágicos.
El ictus es una enfermedad cerebro vascular como consecuencia de una interrupción o alteración de la corriente de sangre que llega al cerebro. Si se produce por obstrucción de las arterias los denominamos accidentes isquémicos y si es por una rotura vascular, accidentes hemorrágicos.
¿Cuáles son los síntomas producidos por el
Ictus?
Hay síntomas que pueden ayudar a
identificarlo y alertar sobre su presencia. Es muy importante
actuar con rapidez y llamar, cuanto antes, a los servicios de
emergencia para que su actuación sea lo más rápida posible.
La detección precoz del ictus es crucial para minimizar sus consecuencias y el
riesgo de muerte.
Dependiendo de la
zona a la que afecte el ictus, las consecuencias serán diferentes, pero en
general la persona afectada, si no recibe tratamiento rápido, puede perder algunas funciones cerebrales, que se traducirán
en alteraciones motoras (parálisis del lado del cuerpo contrario al hemisferio
dañado), del lenguaje (incluso pérdida del habla), de equilibrio y coordinación
(si afecta al cerebelo), de la percepción del espacio, etc.
Factores de
riesgo:
Son
aquellos que predisponen a una persona a padecer un ictus. Algunos de ellos se
pueden modificar, como presión arterial elevada, enfermedades cardiacas,
diabetes, colesterol elevado, obesidad y dieta inadecuada, sedentarismo y
consumo excesivo de alcohol y tabaco entre otros.
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